¿Por qué las botellas de vino tienen la base hundida?
El vino es un producto muy habitual en las mesas españolas, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué las botellas de vino tienen la base hundida? El tamaño y la forma de las botellas de vino no es casual, ya que influye sobre su conservación y la evolución de sus propiedades organolépticas. Si eres aficionado al vino y quieres conocer más sobre su historia, a continuación, te contamos las razones que explican el particular diseño de las botellas destinadas a contener esta bebida.
¿Por qué el fondo de las botellas de vino es cóncavo?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el envasado del vino en botellas de vidrio es una práctica que no se generalizó hasta el siglo XVIII. Hasta entonces, el vino se conservaba en ánforas de arcilla, como en la antigua Roma, jarras de loza o barriles de madera. Las botellas de vino tal y como las conocemos en la actualidad aparecen en la ciudad italiana de Venecia, referente en la fabricación de artículos de vidrio soplado.
Los expertos en vino apuntan que, en estos primeros recipientes de vidrio fabricados de forma artesanal, los sopladores dejaban esta oquedad en su parte inferior para que la botella se mantuviera estable en posición horizontal. No obstante, tal y como te contamos a continuación, esta no es la única razón que explica por qué las botellas de vino tienen el fondo hundido.
Mayor resistencia y depósito de sedimentos
Si bien en sus inicios la oquedad inferior de las botellas de vino está relacionada con su proceso de fabricación artesanal, esta forma siguió manteniéndose cuando pasaron a producirse de forma industrial. Entonces, ¿por qué las botellas de vino tienen la base hundida? La forma cóncava de su base cumple dos funciones principales. En primer lugar, aporta mayor resistencia a la botella, lo que la permite soportar mayores presiones y reduce el riesgo de que explote. Esta resistencia es especialmente importante en el caso de los vinos espumosos, con mayor contenido de dióxido de carbono, que producen presiones mucho mayores.
La segunda razón que justifica porqué los vinos tiene un hueco abajo es que favorece la acumulación de los posos y sedimentos en esta zona, evitando que caigan a la copa en el momento de servirlo. Por este motivo, el tamaño de esta oquedad es diferente según el tipo de vino. En un vino tinto o un vino blanco joven, por ejemplo, esta hendidura es menor, ya que son vinos que no estarán embotellados demasiado tiempo antes de ser consumidos.
Cuanto mayor sea la crianza del vino, mayor será el hueco de su base. En los vinos con crianza larga, como un vino Reserva o Gran Reserva, esta oquedad será mucho más pronunciada, ya que su envejecimiento en la botella puede extenderse durante dos años, en el caso de los Reserva, o hasta los tres años y medio para los Gran Reserva, si hablamos de vino tinto. En el caso del vino blanco y el rosado, su tiempo de guarda en la botella es menor, por la hendidura de su base también será más pequeña.
