El secreto mineral del El Grifo Malvasía Colección Seco ¿Por qué este vino volcánico tiene un carácter tan único?
La primera vez que probé El Grifo Malvasía Colección Seco, sentí que estaba bebiendo un fragmento de Lanzarote. No es una exageración. Hay vinos que evocan paisajes, pero este vino volcánico va más allá: es el paisaje mismo convertido en líquido, con toda la fuerza de una tierra que sobrevivió a la furia del fuego y encontró en la ceniza su renacimiento.
Si nunca has estado en Lanzarote, imagina un escenario casi extraterrestre. El suelo negro, los conos de antiguos volcanes salpicando el horizonte y las viñas emergiendo de cráteres artificiales como si la naturaleza hubiera encontrado la manera de desafiar sus propias reglas. Es aquí donde crece la Malvasía volcánica, una variedad de uva que, como los isleños, ha aprendido a sobrevivir en condiciones extremas y, al hacerlo, ha desarrollado un carácter inimitable.
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Un vino con alma de fuego y ceniza
El color de este vino blanco seco ya es una promesa. Un amarillo pajizo pálido con reflejos verdosos que anticipa frescura y viveza. Pero es en la nariz donde comienza el verdadero espectáculo. El primer golpe aromático es frutal, con notas de albaricoque y melocotón, pero pronto aparecen flores blancas, un delicado jazmín que equilibra la intensidad de la fruta con un toque de elegancia.
Y entonces llega el primer sorbo. Es fresco, vibrante, con una acidez perfectamente equilibrada que le da nervio sin resultar agresiva. Lo que más sorprende es su carácter mineral, esa sensación de piedra húmeda que deja en boca y que parece un recordatorio de su origen. No es un vino cualquiera, es un vino que cuenta una historia.
«Cada sorbo es como un eco del volcán, un reflejo del suelo que lo vio nacer.»
El milagro de la viticultura en Lanzarote
Cultivar viñas en una isla azotada por vientos atlánticos y sin fuentes naturales de agua no es precisamente fácil. Aquí no hay ríos, ni lagos, ni suelos fértiles convencionales. Hay lava solidificada y ceniza, lo que en principio parecería un ambiente hostil para cualquier planta. Y, sin embargo, los viticultores de Lanzarote encontraron la manera.
En lugar de plantar en filas tradicionales, las vides se cultivan en hoyos excavados en la ceniza volcánica hasta llegar al suelo fértil. Esos hoyos, además de permitir que las raíces encuentren nutrientes, protegen las plantas del viento. Como si fuera poco, cada cepa se rodea de un muro semicircular de piedra volcánica, conocido como zoco, que actúa como escudo contra las ráfagas que azotan la isla.
El resultado es una viticultura heroica, completamente artesanal. Aquí no hay cosechadoras mecánicas ni técnicas modernas que faciliten el trabajo. Cada racimo de Malvasía volcánica se recoge a mano, con el mismo respeto y cuidado con el que se ha hecho durante siglos.
¿Por qué la Malvasía volcánica es tan especial?
La Malvasía es una de las variedades más antiguas del mundo, pero la Malvasía volcánica es otra historia. A diferencia de sus primas peninsulares, esta uva ha desarrollado una resistencia única, adaptándose al suelo poroso y a la ausencia de lluvias. Lo curioso es que estas condiciones extremas no solo la hacen más fuerte, sino que le dan un carácter diferenciador.
El suelo volcánico actúa como un filtro natural. Las raíces deben profundizar más para encontrar agua, lo que hace que la planta desarrolle sabores más concentrados. Además, la ceniza volcánica, conocida en la isla como rofe o picón, retiene la humedad de la noche y evita que se evapore con el calor del día. El resultado es una uva que madura lentamente, concentrando aromas y potenciando su frescura.
«La Malvasía volcánica no solo sobrevive, prospera. Y en su resistencia, encuentra su identidad.»
Maridajes: cómo hacer que El Grifo Malvasía Colección Seco brille en tu mesa
Si hay algo que hace especial a este vino es su versatilidad. Es de esos blancos que no se encasillan en una sola categoría. Tiene la frescura para acompañar mariscos y pescados, pero también la suficiente estructura para no perderse ante un buen queso fresco o incluso una ensalada con aliño cítrico.
¿Quieres algo más atrevido? Pruébalo con platos de la cocina canaria. Unas papas arrugadas con mojo verde, un queso asado con miel de palma o incluso un buen sancocho (ese guiso de pescado típico de las islas) y entenderás por qué este vino nació para estar en una mesa con sabor a mar.
El renacimiento de los vinos volcánicos
Durante años, los vinos de Lanzarote vivieron a la sombra de los grandes nombres de la enología española. Pero algo está cambiando. Cada vez más expertos, sumilleres y amantes del vino están descubriendo el atractivo de los vinos volcánicos, y no solo en Canarias. Regiones como Santorini en Grecia, Etna en Sicilia o los suelos basálticos de Oregón también están mostrando al mundo que la ceniza y la lava pueden producir vinos de carácter inigualable.
Bodegas como El Grifo, la más antigua de Canarias, han sabido aprovechar este resurgir sin perder su esencia. Han modernizado sus técnicas, sí, pero sin traicionar lo que hace único a su Malvasía volcánica.
El alma de una isla en una copa
Cuando bebes El Grifo Malvasía Colección Seco, no solo estás disfrutando un vino bien hecho. Estás bebiendo historia, paisaje y tradición. Estás sintiendo la lucha de cada cepa contra el viento, el fuego dormido bajo la tierra, el ingenio de quienes supieron domar la naturaleza sin imponerse sobre ella.
Y esa, al final, es la magia de los grandes vinos: aquellos que no solo llenan la copa, sino que cuentan un relato en cada sorbo.
¿Te atreves a probarlo y descubrirlo por ti mismo?